Recluso demanda a la cárcel del condado de Clearfield

24 de agosto de 2023

Un recluso de la cárcel del condado de Clearfield dice en una demanda federal que está preocupado por su salud futura después de que una aguja de tatuaje improvisada y ensangrentada le pinchara la mano izquierda mientras ayudaba a los oficiales penitenciarios a limpiar después de una extorsión de las celdas de la prisión en la víspera de Año Nuevo.

Jeremy M. Sipe, de 44 años, dijo sobre el incidente: "Mi vida y mi salud se han visto afectadas de tal manera que nunca volveré a ser normal".

Le preocupa que en el futuro pueda surgir una enfermedad relacionada con la sangre, aunque las pruebas hasta ahora hayan dado negativo.

Sipe está pidiendo daños financieros derivados de su lesión, nombrando a la cárcel, a su proveedor médico, PrimeCare Inc. de Harrisburg y a tres oficiales penitenciarios como acusados ​​en su demanda que fue presentada esta semana en el Tribunal de Distrito federal en Johnstown.

Sostiene que se podrían haber evitado lesiones si el shakedown se hubiera llevado a cabo de otra manera.

Sipe explicó que el incidente ocurrió durante la tarde del 31 de diciembre.

Él estaba de servicio en ese momento y señaló que su trabajo en la prisión era el "lavandero" del segundo turno.

Durante ese tiempo, los funcionarios penitenciarios realizaron una búsqueda en las celdas de la prisión, y alrededor de las 9 de la noche, un funcionario penitenciario llegó a la lavandería empujando una lata de 55 galones “llena hasta arriba con contrabando del extorsionamiento”, sostiene Sipe.

El oficial le dio a Sipe un par de guantes y le dijo que clasificara los artículos en la lata.

“Al instante de poner mis manos en el contenedor, sentí un pinchazo muy fuerte y le dije (al oficial) 'Me acaban de pinchar con una aguja'”.

Colocó una pila de sábanas en el suelo y usó su pie para abrir el paquete, indicando que dentro había un cable y “nueve agujas de tatuaje tipo pinchar y pinchar cubiertas de sangre y tinta secas”.

Su guante estaba roto y estaba “sangrando profusamente”, afirma su demanda.

Un oficial recuperó suministros médicos para limpiar y vendar la herida, informó Sipe.

Al día siguiente lo visitó una enfermera. Ella vio el pinchazo y dijo que le avisaría si se iba a hacer algo más.

Un par de días después, un oficial preguntó por su salud.

Varias semanas después, después de no tener noticias de nadie más, Sipe continuó solicitando atención médica; temía ser susceptible a enfermedades de la sangre en el futuro.

Luego presentó una queja, pero señaló que "nadie quiere aceptar la responsabilidad" por la lesión.

Sipe dijo que la cárcel tiene contenedores para desechar las agujas, pero la aguja que lo pinchó nunca fue desechada adecuadamente.

Afirmó que si los funcionarios hubieran recibido la capacitación adecuada, el incidente se podría haber evitado.

Sipe afirmó que continúa sufriendo “angustia y malestar emocional” que lo están llevando a tener “síntomas parecidos a los de un infarto”.

La demanda ha sido asignada al juez Keith A. Pesto para su posterior revisión.

Los registros de la corte estatal indican que Sipe está a la espera de juicio por tres casos, incluidos delitos con armas y drogas, poner en peligro el bienestar de un niño y el uso ilegal de un vehículo motorizado.

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